La villa de Comillas, declarada conjunto histórico-artístico el 29 de marzo de 1985, es conocida con el apelativo de Villa de los Arzobispos, dado que en su municipio nacieron cinco prelados que durante la Edad Media ocuparón varias diócesis.
Cabe destacar la magnífica arquitectura popular y las casonas solariegas con sus escudos, propias del linaje de la época.
Sus calles empedradas, y sus plazuelas, invitan a descubrir cada rincón de la villa, reportando al visitante una sensación de paz y serenidad.
En pleno casco urbano se encuentra La Plaza, rodeada de casonas con amplios miradores, junto al Ayuntamiento y la iglesia parroquial de San Cristóbal, cuya construcción data del siglo XVII.
En el centro de la villa, destacar la plaza del Corro de Campíos, donde se ubican las principales cafeterías y restaurantes de la villa, muy concurridos en la época estival, y un poco más alejada la plaza de los Tres Caños, con torre y casas con amplias solanas, donde hay que destacar la fuente, de marcado aire modernista.
La Comillas monumental tiene su origen bajo el patronazgo de don Antonio López, primer Marqués de Comillas, quien consiguió que durante el verano de 1881 el rey Alfonso XII disfrutase sus vacaciones en la villa, convirtiéndose así en el lugar elegido por la aristocracia como centro turístico de veraneo. Esto permitió que importantes arquitectos modernistas catalanes del momento realizaran allí buena parte de sus obras, dotándola así de un conjunto de extraordinaria belleza.
Grandioso edificio llamado también Palacio del Marqués de Comillas, dado que fue construido en el mismo lugar donde se ubica su casa, siendo obra del arquitecto catalán Juan Martorell. De estilo neogótico, parte del mobiliario fue idea de Cascante, interviniendo también en la parte artística el pintor Lorens y el escultor Joan Roig. Formando conjunto de estilo con el palacio, está la capilla panteón, caracterizada por los bellos mausoleos de mármol. Parte del mobiliario fue diseñado por Gaudi.
Impresionante edificio que domina todo el pueblo desde poniente, es uno de los más representativos de la villa. Los detalles ornamentales, así como la portada de acceso al recinto fueron obra del arquitecto Doménesch El Capricho de Gaudi. Declarado monumento histórico-artístico en 1969, se trata de un hermoso edificio de estilo arabesco en el que destacan su pórtico con grandes columnas junto con las decoraciones cerámicas de sus muros.
Obra de Doménech, se erigió en 1980, situado en lo alto de una colina, desde la cual se domina el pueblo y con excelentes vistas al mar.
Rematado por la magnifica obra escultórica de El Ángel exterminador de Joseph Llimona, dominando las ruinas del viejo monasterio gótico, representa uno de los más bellos detalles del paisaje de Comillas.